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¿Qué tiene de malo la pasta de dientes industrial?
Las pastas de dientes industriales poseen numerosos ingredientes nocivos para la salud humana y dañinos para la fertilidad terrestre.
Uno de ellos es el flúor, sustancia tóxica de desecho creada en el proceso de fabricación de la industria de fertilizantes, de acero, nuclear y de aluminio. No hay información de que el flúor ayude a prevenir las caries, de hecho se ha demostrado que el uso reiterativo de éste daña el esmalte dental y genera fluorosis dental, condición que se presenta con manchas blancas o marrones en los dientes. Sumado a esto, está fuertemente asociado al cáncer, enfermedades renales, problemas de la tiroides y calcificación de la glándula pineal. Esta sustancia letal no es el único componente siniestro utilizado por la industria cosmética, pues jabones, shampoos y pastas dentales también se fabrican utilizando triclosán (sustancia antibacterial innecesaria que provoca importantes desórdenes hormonales, toxicidad hepática y cáncer mamario), lauret sulfato de sodio (detergente cancerígeno e irritante de la piel) y compuestos etoxilados (químicos sintéticos cancerígenos).
La industria cosmética, además de utilizar a la base de sus productos compuestos no aptos para el consumo humano, implementa prácticas de tortura a numerosas especies de animales no humanos para probar el nivel de toxicidad de sus innecesarios químicos. La llamada vivisección se aplica en animales como conejos, ratas, gatos, perros y monos e implica irritarles ojos y piel, envenenarlos, causarles cáncer y mutagenicidad (daño genético).
Frente a este escenario, el uso de cosméticos naturales es una muy buena opción para respetar y amar a nuestros cuerpos, el de otros animales y el de la Tierra en su conjunto, sumado a la autonomía que nos proporciona el minimizar la dependencia del Imperio y sus silenciosas bombas cotidianas. La pasta de dientes natural está hecha a base de arcilla blanca remojada en lavanda y esencias naturales de verbena y aloe vera, plantas con innumerables propiedades medicinales que le dan un sabor agradable al cepillado, además de eliminar bacterias y facilitar la cicatrización de los tejidos. La arcilla posee numerosas cualidades antimicrobianas y ayuda a remover la placa, a remineralizar los dientes y debido a su condición alcalina neutraliza los ácidos que dañan el esmalte de los dientes.
La consistencia de la pasta es diferente a los productos que acostumbramos utilizar, no produce espuma durante el cepillado y no provoca la tradicional sequedad y resentimiento de las mucosas ocasionada por el uso de dentífrico. Su duración es de aproximadamente 3 meses.
Uno de ellos es el flúor, sustancia tóxica de desecho creada en el proceso de fabricación de la industria de fertilizantes, de acero, nuclear y de aluminio. No hay información de que el flúor ayude a prevenir las caries, de hecho se ha demostrado que el uso reiterativo de éste daña el esmalte dental y genera fluorosis dental, condición que se presenta con manchas blancas o marrones en los dientes. Sumado a esto, está fuertemente asociado al cáncer, enfermedades renales, problemas de la tiroides y calcificación de la glándula pineal. Esta sustancia letal no es el único componente siniestro utilizado por la industria cosmética, pues jabones, shampoos y pastas dentales también se fabrican utilizando triclosán (sustancia antibacterial innecesaria que provoca importantes desórdenes hormonales, toxicidad hepática y cáncer mamario), lauret sulfato de sodio (detergente cancerígeno e irritante de la piel) y compuestos etoxilados (químicos sintéticos cancerígenos).
La industria cosmética, además de utilizar a la base de sus productos compuestos no aptos para el consumo humano, implementa prácticas de tortura a numerosas especies de animales no humanos para probar el nivel de toxicidad de sus innecesarios químicos. La llamada vivisección se aplica en animales como conejos, ratas, gatos, perros y monos e implica irritarles ojos y piel, envenenarlos, causarles cáncer y mutagenicidad (daño genético).
Frente a este escenario, el uso de cosméticos naturales es una muy buena opción para respetar y amar a nuestros cuerpos, el de otros animales y el de la Tierra en su conjunto, sumado a la autonomía que nos proporciona el minimizar la dependencia del Imperio y sus silenciosas bombas cotidianas. La pasta de dientes natural está hecha a base de arcilla blanca remojada en lavanda y esencias naturales de verbena y aloe vera, plantas con innumerables propiedades medicinales que le dan un sabor agradable al cepillado, además de eliminar bacterias y facilitar la cicatrización de los tejidos. La arcilla posee numerosas cualidades antimicrobianas y ayuda a remover la placa, a remineralizar los dientes y debido a su condición alcalina neutraliza los ácidos que dañan el esmalte de los dientes.
La consistencia de la pasta es diferente a los productos que acostumbramos utilizar, no produce espuma durante el cepillado y no provoca la tradicional sequedad y resentimiento de las mucosas ocasionada por el uso de dentífrico. Su duración es de aproximadamente 3 meses.
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